Clemente Romo lleva diez años dedicándose a la pintura.
De marcado caracter autodidacta, sus obras se centran en la representación humana. Donde atrae su principal atención el rostro, al que considera foco decisivo de sus pinturas.
Es destacado el uso que hace del color, logrando atraer la mirada del espectador con una amplia gama cromática.